En el competitivo mundo de la construcción y el desarrollo inmobiliario, la materialización de un proyecto debe ir más allá de la ejecución técnica; involucra el poder crear una experiencia completa para el cliente desde el primer contacto que tenemos con él.
Los proyectos 3D son representaciones virtuales tridimensionales de ambientes, objetos o estructuras, que nos permiten la creación de modelos detallados con los que generamos una visualización realista del proyecto. Construir lo que se vende, basándose en planos, detalles, imágenes en 3D o perspectivas precisas, no solo es una práctica sólida, sino que también juega un papel crucial para nuestra posición con el cliente.
A lo largo de mi experiencia como Arquitecto puedo decir que la satisfacción del cliente no solo se deriva de la entrega final del proyecto, sino también de la coherencia entre las expectativas iniciales y la realidad de lo que construimos. Diversas empresas que utilizan representaciones en 3D experimentan un aumento del 30% en la tasa de conversión de clientes potenciales a clientes reales.