Con el calor sofocante que se presenta en varios países del mundo, el último estudio de la Fundación Abbé Pierre "Precariedad energética en verano: una nueva forma de vivienda deficiente" nos recuerda el vínculo ineludible entre la precariedad energética y los picos de calor. Cada vez está más claro que el sobrecalentamiento urbano es un problema de salud pública.
Peor aún, es una cuestión de supervivencia, según un estudio publicado en "The Lancet Planetary Health", en el cual se presenta a París como la ciudad más mortífera de Europa en casos de olas de calor.
Un estudio de C40 Cities destacó recientemente que el calor extremo es el segundo mayor riesgo relacionado con el clima, después de los riesgos alimentarios. Se calcula que afecta a 1.600 millones de personas en todo el mundo, y que 1 de cada 7 franceses estará expuesto a un número creciente de días y noches anormalmente calurosos en las próximas décadas.
La falta de vegetación y la elección de materiales climáticos contribuyen a la proliferación de las llamadas islas urbanas de calor (IUC), con consecuencias nefastas para la salud e incluso la mortalidad, según datos del Instituto Francés de Vigilancia Sanitaria.
Ante esta situación, existen soluciones para que las ciudades y sus infraestructuras sean más resilientes. Los urbanistas tienen un papel que desempeñar, y Egis también.
La cuestión de cómo adaptar las viviendas al clima y al calor lleva varios años en la agenda de nuestro Grupo, y se ha incorporado a nuestros estudios de diseño, pero fue a partir de la ola de calor de 2003, cuando el tema paso al primer plano de la opinión pública.
A escala de un barrio o de un edificio, se pueden adoptar diversas soluciones, como plantar vegetación (según los especialistas, cuando se experimenta este proceso puede producir diferencias de temperatura de más de diez grados), reorganizar los espacios o utilizar materiales refrigerantes.
También parece que las herramientas de modelado desempeñan un papel decisivo en la toma de decisiones.
Por ello hemos desarrollado "ICEtool", una herramienta que trabaja con bases de datos de materiales, contemplando sus características físicas y técnicas. Gracias a esta herramienta de evaluación multicriterio, de código abierto y accesible a todos, las ciudades pueden modelar desarrollos públicos sostenibles y resilientes para su zona. En concreto, pueden visualizar de manera científica, gráfica y rápida el fenómeno de las islas de calor y los medios para contrarrestarlas y reducir la temperatura.
Introduciendo datos como la altura de un edificio o el tipo de pavimento, pueden conocer la temperatura de sus barrios a lo largo de un día y medir el impacto de cambios como plantar vegetación o cambiar el pavimento.
Aplicado al proyecto de reurbanización de la zona industrial abandonada de CartoRhin, en Alsacia, ICEtool se utilizó para alcanzar unos objetivos de planificación claros: hacer el distrito más resistente a los riesgos climáticos y naturales. En este caso, ICEtool se utilizó para modelar el impacto de la urbanización en el efecto isla de calor, en función de una serie de parámetros. Se compararon varios escenarios y, a continuación, el seleccionado se comparó con el estado inicial para evaluar la mejora generada.
Este trabajo ha sido reconocido, ya que Egis, representada por su jefe de proyecto William Weltzer, el 4 de julio recibió la "Mención - Gran Premio a la Renovación Urbana" en los premios Construction21 - Green Solutions Awards.
En Egis estamos convencidos de que multiplicando estas herramientas de decisión es como las ciudades podrán actuar de forma sostenible sobre sus territorios e infraestructuras. De hecho, este es uno de los cinco compromisos que Egis ha asumido ante el reto climático, en el marco de su proyecto corporativo "Impact the Future".